Los Programas de Cumplimiento de las empresas están compuestos de un conjunto de políticas, procedimientos y acciones que toman las organizaciones para prevenir, detectar y remediar los riesgos corporativos a los que estas se enfrentan, al mismo tiempo que garantizan el cumplimiento de las normas que resultan aplicables a la actividad comercial y negocio que desarrollan.
Dentro de estos Programas cada vez están más presentes políticas de diversidad e inclusión asociado a la gestión del riesgo de violar derechos humanos. Podríamos decir que la generalidad invita a que exista una cultura inclusiva con base en el respeto, que busque y garantice la no discriminación para distintos grupos poblacionales, que incluyen género, raza, edad, nacionalidad, condición social, etc. En los últimos años en Colombia, ha existido un aumento en las empresas que destinan presupuesto a implementar acciones que promueven la equidad diversidad e inclusión. Esto se evidencia en los datos de la encuesta hecha por la ANDI, donde el porcentaje de presupuesto pasa de un 21,3% en el 2021 a un 44% en el 2023.1
Para este artículo en específico nos vamos a centrar en el tema de género, más específicamente en la participación de mujeres en las Juntas Directivas de las empresas. Una de las maneras más fáciles de acercarse al fenómeno y entender sus avances es por medio de datos numéricos, en este caso, el grado porcentual que las mujeres ocupan dentro de las juntas.
Antes de comenzar a mostrarles datos, quisiera contarles de una iniciativa llamada el Club del 30%, que trabaja desde el 2019 en su capítulo en Colombia para generar mayor diversidad y equidad en los cargos directivos dentro de las empresas, argumentando que este balance de género lleva a resultados administrativos, humanos y financieros extraordinarios.
Investigaciones globales evidencian una relación positiva entre la participación de las mujeres en las juntas directivas y el desempeño financiero de la empresa. Cuando las compañías de Fortune-500 fueron clasificadas en función del número de mujeres en sus juntas directivas, las que se encontraban en el cuartil más alto en 2009 obtuvieron un 42% más de rentabilidad sobre las ventas y un 53% más de rentabilidad sobre el capital que el resto. Adicionalmente, de las 842 empresas activas en el Fortune 1000, el 45% de tienen mínimo un 20% de mujeres en su junta directiva. Además, más del 55% de las empresas que quedaron inactivas en el índice tenían una o cero mujeres en sus consejos.2
Con un poco más de visión sobre la importancia y los beneficios de la participación de las mujeres, retomamos el objetivo numérico del Club del 30%: alcanzar la cuota mínima de participación femenina del 30% en juntas directivas de las empresas para el 2026.
Tomando los datos de la Andi, y del Centro de Estudio en Gobierno Corporativo del CESA (aliado académico de la iniciativa), podemos ver los siguientes crecimientos porcentuales desde el 2018 hasta el 2023:
2018
15%
2019
16%
2020
17.5%
2021
18.7%
2022
25.4%
2023
33%
2018
2019
2020
2021
2022
2023
15%
16%
17.5%
18.7%
25.4%
33%
Aunque todavía tenemos un largo camino por recorrer, en el que ojalá lleguemos a contar con un 50% de participación femenina en las juntas directivas, desde este año ya podremos empezar a ver resultados del impacto de dicha participación. Aunque el 46% de las empresas cuentan con indicadores que miden sus acciones de equidad, diversidad e inclusión, sólo el 13% mide el retorno económico que esto tiene para el negocio.
Esperamos que más empresas comiencen a implementar estos indicadores, para tener más datos numéricos sobre el impacto positivo de que las mujeres estén cada vez más presentes en las juntas directivas, y que esta participación siga creciendo.
2 https://www.hsph.harvard.edu/ecpe/why-diversity-matters-women-on-boards-of-directors/