Recientemente, la Corte Suprema de Justicia emitió un fallo a favor de la empresa cervecera más grande del país, que había sido demandada por supuestamente usar cláusulas de exclusividad que se consideraban injustas. En su decisión, la Corte Suprema evaluó los efectos positivos y negativos de los acuerdos de exclusividad celebrados por la empresa para determinar si afectan negativamente la competencia en su industria. La Corte llegó a tres conclusiones clave:
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No es suficiente que una empresa tenga la intención de restringir la competencia para que sus acciones se consideren desleales.
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Es esencial que el acuerdo permita crear barreras significativas para la entrada de competidores u obstaculizarlos de alguna manera.
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No todos los contratos que incluyen cláusulas de exclusividad son automáticamente considerados injustos; se debe analizar si realmente limitan la participación normal de otros competidores en el mercado.
Además, la Corte Suprema determinó que aquellos que alegan la existencia de cláusulas de exclusividad injustas deben demostrar que la empresa que las utiliza ha realizado actividades que demuestran su intención y capacidad para restringir la competencia, así como probar que enfrentan dificultades significativas para igualar o mejorar las condiciones establecidas por la empresa que celebra los acuerdos de exclusividad.
