Así se ve la carrera séptima, a la altura de la calle setenta, hoy en día.
Esta es la impactante entrada a la exitosa exhibición de las obras del famoso artista callejero Banksy en Bogotá, que ha recorrido todo el mundo.
Banksy: Genio o vándalo, una exhibición no autorizada
Como su nombre lo indica, esta exposición NO ha sido autorizada por el autor de las obras.
Este es un ejemplo de la complicada relación que ha tenido este artista con la protección de la propiedad intelectual de sus obras.
Usualmente, cuando un artista crea una obra, los derechos sobre esta le pertenecen. Sin embargo, el caso de Banksy es un poco más complicado.
Nadie sabe su identidad
Este anonimato dificulta la protección de su obra a través de las leyes de derecho de autor, ya que sin mostrar su identidad no puede verdaderamente asegurar que él es el autor de estas obras.
Este requisito de identificación cambia por jurisdicción, pero fue una de las razones por las que perdió sus derechos de autor en algunas de sus obras en Europa.
Por otro lado, muchas de sus obras son graffitis callejeros. Al estar en permanente exhibición al público, se podría argumentar que estas obras se pueden fotografíar y diseminar libremente. Así, se entra en un terreno gris de los derechos de autor.
En un intento por proteger sus obras a través de una ruta no tradicional, pero que otros artistas como Andy Warhol han tomado,
Banksy ha intentado proteger sus obras registrándolas como marcas comerciales a través de su empresa, «Pest Control Office Ltd».
Este mecanismo fracasó ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, la cual decretó que había aplicado a las marcas comerciales con «mala fe», debido a que no parecía tener verdadera intención de comercializar estas obras en el momento de aplicar.
Esta misma estrategia sí funcionó en Australia, donde dos de sus obras más famosas fueron registradas como marcas comerciales.
El caso de Banksy muestra las complejidades de la protección de la propiedad intelectual de las personas, particularmente a través de los derechos de autor.
Los errores y aciertos que ha cometido Banksy pueden servir como guía para artistas en el futuro, particularmente para quienes deseen mantenerse en el anonimato.
