La Fiscalía y la Policía Nacional intervinieron varios locales comerciales para realizar procedimientos de extinción de dominio por el delito de infracción de derechos de autor, ya que estos establecimientos presuntamente compraban y vendían libros duplicados o copias ilegales de los mismos.
Sin embargo, los comerciantes consideran que estas medidas son “desbordadas”, pues la ocupación de sus locales está representando la pérdida de empleos y también de una labor que llevan haciendo más de 30 años, o que incluso representa un legado familiar. Además, manifestaron que aunque apoyan a cabalidad la protección de los derechos de autor y la legalidad, se están viendo afectados muchos negocios que no practican la actividad que persiguen las autoridades.
Frente a la preocupación expresada por quienes viven de la compra y venta de libros usados, la policía, mediante comunicado, aseguró que los locales sellados sí se están usando para el almacenamiento y posterior distribución de libros pirata.
