En el 2018 se han presentado 11 casos de plagio de artesanías y bordados de pueblos originarios de distintas entidades de México. Marcas internacionalmente reconocidas, han utilizado diseños artesanales con fines de lucro, bajo el argumento de “inspiración en el arte mexicano”, sin dar ningún tipo de reconocimiento o crédito a los artesanos mexicanos.
Actualmente no existe un mecanismo de protección al arte de las comunidades, ya que sus obras son consideradas bienes de creación y propiedad colectiva y hasta ahora los organismos gubernamentales solo protegen las creaciones individuales. Sin embargo, las comunidades y organizaciones no gubernamentales, instauraron el mecanismo de Alerta Patrimonial, a través del cual los artesanos denuncian el plagio mediante un formulario online. Por otra parte, continúa a la espera la iniciativa para la protección de los derechos de los titulares del conocimiento tradicionales, las poblaciones indígenas y las comunidades locales.
