En el Día de la Raza celebramos la riqueza de la diversidad cultural en Colombia, que incluye la influencia de distintos grupos étnicos.
Aunque por mucho tiempo en Colombia hubo una falta de reconocimiento y protección intelectual de los productos y tradiciones de estos grupos, poco a poco ha mejorado.
Algunas de estas estrategias de protección se presentan a continuación.
Denominación
de origen
de origen
Esta figura certifica que se cumplieron ciertas condiciones naturales y humanas propias de una zona, que influyeron en las cualidades de un producto; lo que genera oportunidades económicas para las poblaciones productoras.
Tejeduría de San Jacinto
Desde 2011, estos cubrelechos, hamacas, manteles y servilletas hechos en algodón en San Jacinto, cuentan con denominación de origen.
Su producción viene de los antepasados indígenas Zenúes, que habitaban en esta zona.
Marcas
colectivas
Este tipo de marcas reúnen a asociaciones de productores bajo un mismo distintivo que los protege de infracciones y les permite armonizar su imagen corporativa, fomenta la organización interna, la cooperación publicitaria y las ventas.
Mochilas arhuacas
En el 2013, la SIC otorgó la marca colectiva a las mochilas arhuacas, la cual permite a ese grupo la exclusividad en el uso de este nombre.
Patrimonio
cultural
inmaterial
El patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO hace referencia a las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación.
Música de marimba, cantos y bailes tradicionales de la región colombiana del Pacífico Sur:
Estas expresiones musicales de esta región del país, descendiente de la población africana, entraron a la lista de la UNESCO en 2015.
Aún falta mucho por hacer para fortalecer más la protección intelectual en estas comunidades, pero Colombia parece ir por un buen camino.
