La compra de tiquetes a través de Ticketmaster en Estados Unidos para el nuevo tour de Taylor Swift fue un caos.
En redes sociales, miles de fans denunciaron sus experiencias. Muchos tuvieron que esperar conectados más de cinco horas para comprar sus boletas y los precios fueron muy altos.
Esta situación alertó al Departamento de Justicia de EE.UU el cual abrió una investigación anti monopolio a Live Nation Entertainment. Cabe resaltar que esta empresa surgió de la fusión en 2010 de Live Nation y Ticketmaster Entertainment.
Lo anterior, pues Live Nation es dueño de los principales lugares de conciertos en el país, y Ticketmaster es el encargado de vender las boletas para estos eventos.
En ese sentido, los oficiales antimonopolio le pidieron a Ticketmaster cumplir ciertas condiciones con el objetivo de mitigar los efectos de la fusión y proteger a los consumidores.
Sin embargo, esta fusión ha causado revuelo entre artistas y fans, quienes reclaman el alto poder que tiene en el mercado, ya que Ticketmaster tiene contratos de exclusividad con alrededor de 80% de los sitios de conciertos más importantes en EE.UU.
Las leyes antimonopolio existen para fomentar la competencia al limitar el poder de una empresa singular en el mercado y así proteger también a los consumidores.
Usualmente, las fusiones deben ser aprobadas por un ente estatal, para asegurarse de que no se estén convirtiendo en un monopolio.
El caso de Taylor Swift trajo a la luz los problemas que ocurren cuando una empresa tiene la mayor parte de un mercado, y los consumidores no pueden escoger libremente dónde adquirir sus productos.
