Al respecto, la corte precisó que la preparación de los testigos dentro del proceso se presenta en dos etapas: (i) al momento de iniciar el litigio, cuando se pretende determinar si el testimonio será una prueba útil para acreditar los hechos; y, (ii) antes de la audiencia, para advertir sobre el escenario judicial y los ritos procesales.
De igual forma, para su análisis, la Corte Suprema tuvo en cuenta los estándares internacionales aplicables a la preparación de testigos, reconociendo que esta práctica tiene por finalidad que la prueba se presente de la mejor manera, sin que se tergiverse el relato o se oculten hechos.
La preparación de testigos es una herramienta esencial en la preparación de litigios, pues permite determinar la utilidad del testimonio en relación con el tema de la prueba y, al mismo tiempo, habitúa al testigo con la forma en la que se desarrolla la audiencia. La reciente posición de la corte reafirma que la preparación de testigos no es solo una potestad de las partes y sus apoderados, sino un deber que garantiza la veracidad de la prueba.
